Buenas tardes a todos.
Esta semana vamos a por
un pequeño clásico, publicado desde hace un montón de años, y con
al menos 3 ediciones en castellano.
Este Pingüinos es un
abstracto en toda regla, donde lo importante es la visión espacial
del conjunto, con el fin de encerrar a tus contrincantes en zonas con
pocas presas, y a la vez evitar que te bloqueen.
La edición que tengo es
la de Devir Deluxe, existiendo otra de Devir normal y una reciente re
edición de Edge en tamaño mini. Será por opciones.
Resumen: La
idea del juego es muy simple. Somos un grupo de pingüinos de caza en
los témpanos de hielo. Cada témpano, representado por una loseta,
te da un número de peces (de 1 a 3), los cuales coges cuando te
marchas a otro témpano. Tus movimientos son siempre en línea recta,
siguiendo las caras de un hexágono que es el témpano, y te paras
cuando quieres, pero siempre en recto.
En
el fondo es un abstracto como la copa de un pino, pues se trata de
posicionarte de manera que tus movimientos, al eliminar témpanos de
hielo, dejen encerrados a tus contrincantes en zonas con pocas
capturas. Y es que un pingüino no vuela, así que cuando le falta un
témpano, no puede saltar por huecos vacíos. Que está claro, que
podría nadar, pero es que cuando desaparece un témpano, debajo no
hay agua, hay vacío estelar, anti-materia o vete tu a saber.
Precio/Componentes:
Pues el precio está por 12 euros más o menos, en la versión actual, que es la mini. Mi copia
vino de una mathtrade, y su precio es de 25
euros, lo que, atendiendo sólo a los componentes que trae, no se me
hace caro. Las losetas de cartón son grandes, y de grosor aceptable,
no deluxe. Lo deluxe son las figuras de los pingüinos, de unos 5 cm
de alto, pintados en colores y detallados en poses vacilonas. Llevan
hasta gafas de sol, que para un animal que se mueve buceando pues no
tiene mucha lógica, pero es que es un abstracto.
En
cuanto a la organización interior, pues de las mejores que tengo, ya
que el inserto de plástico lleva un hueco para colocar cada
pingüino, y otro para las losetas. Con todo, pues algo de aire
lleva, pero nada escandaloso, la verdad. Y encima el aire es deluxe,
con más oxígeno que el del campo (será por medios)
Componentes: Pues
es la versión deluxe, si, pero salvo en los pingüinos....
Las
losetas son grandes, para poder tener encima las figuras de
pingüinos, pero es grosor es estándar, casi tirando a fino
comparado con el tamaño de las losetas. El inserto, aunque bien
preparado para las figuras, debería llevar huecos específicos para
las losetas y así evitar que se desparramen. La caja es normalita en
cuanto a grosor. Vamos, que lo único deluxe es el precio y os
pingüinos.
¿Merece
la pena el gasto extra? NO.
Número de jugadores:
En la caja pone que de dos a
cuatro, pero no escala bien en absoluto.
Este
es un juego para dos, si o si, ya que es un juego de estrategia, de
planear movimientos tuyos y del contrincante, y eso sólo se puede
hacer jugando dos.
Cuando
lo juegas a 3 o 4 se vuelve muy caótico, sin posibilidad de
planificación, ya que el juego varía mucho hasta que te vuelve a
tocar, con lo que se hace más táctico, y pierde gran parte de la
gracia. Encima, teniendo en cuenta la preparación que ya comentaré,
con dos jugadores las partidas son de una duración aceptable,
mientras que a cuatro son ridículamente cortas.
Reglamento: Pues
una hoja y media y porque los dibujos son grandes e incluye ejemplos.
Si es que el juego es de una simplicidad pasmosa: eliges uno de tus
pingüinos, lo mueves en línea recta hasta que quieras parar, y te
llevas la loseta de sonde sales. Ya está.
Pues
eso, que les caben agradecimientos, un listado de tester y hasta la
lista de lo que comieron la semana de creación del juego, y les
sobra para poner un sudoku (pero no lo han hecho, a pesar de ser la
deluxe)(jodida economía y sus recortes de gastos)
Interacción: Pues
es un enfrentamientos directo, si, pero durante la partida no se te
queda la sensación de enfrentamiento de otros juegos tan directos
como podría ser el Neuroshima. En parte creo que por su carácter
abstracto. Para mi, la sensación es comparable a la de un partida de
ajedrez. Que si, que cada uno va a por el otro, pero como que te
falta sangre para llamarlo enfrentamiento.
Aún
así, pues no se puede catalogar de solitario, y eso me gusta. Es
como un medio camino entre el roce y el autismo.
Mecánica: Tan
sencilla como ya he explicado, y como debe ser en estos casos, sin
fisuras considerables por donde sacarle pegas. Encaja como la mayoría
de abstractos, cuyas mayores pegas se centran en aspectos anteriores
al comienzo del juego, como puede ser la ventaja de salir.
En
este caso, esta ventaja es doble, ya que el que sale no sólo hace su
primer movimiento, sino que además es el primero en colocar fichas
en la colocación inicial. Esta ventaja puede ser, en manos de
jugadores experimentados, bastante importante.
Otra
pega viene de lo que más lo separa de los abstractos, y es el factor
azar que tiene en la distribución inicial de las losetas de témpano.
La formación de la zona de juego es aleatoria, colocando losetas
hasta formar un entramado de unos 8x8, con lo que, habiendo losetas
de valor 1, 2 y 3, se pueden formar zonas muy golosas. En las reglas
te aconsejan que no haya concentraciones de piezas de valor 3 y 2,
pero claro, es difícil que haya una distribución totalmente
homogénea y ala vez que se mantenga la aleatoriedad de la zona de
juego. No se puede estar en misa y repicando, si metes azar para dar
rejugabilidad no podemos luego cortarlo porque una aglomeración de
puntos desvirtúe el juego.
Y
poco más, salvo que los pingüinos son tan molones que a veces te
distraes, o esa es la excusa que pongo al perder.
Duración: Pues
en la caja te marca unos 20 minutos “de juego”, y más o menos
anda por ahí. Jugando 2 puede ser de 25 minutos y jugando 4 de 10
minutos, pero vamos, que es un juego corto.
Por
duración se puede considerar un filler, así como por dificultad de
reglas, pero cuando lo juegas ves que es más que eso.
No
es un juego complicado, pero puede ocasionar momentos de AP, lo que
hace que la partida se alargue algo más, pero nada del otro mundo.
Preparación y
transcurso: Aquí picamos en
hueso. Es con mucho, el peor juego d ella historia en este apartado.
Se
tarda en torno a 5 o 10 minutos en preparar la zona de juego para una
partida que puede durar 15 minutos. Infumable.
¿Resultado?
Pues que hasta en las instrucciones del juego te publicitan una
versión electrónica de este juego, y es que creo que ese es su
terreno natural, donde la preparación es instantánea y disfrutas de
cada partida. Es que la versión física la dejas de jugar por el
engorro de tener que preparar la partida para lo poco que dura, y eso
que el juego me encanta.
Curva de aprendizaje:
Nula, o casi. Las reglas son
tan sencillas, y el juego no tiene triquiñuelas que aprender con
cada partida. Es casi más un ejercicio de psicología, de tender
trampas al otro, de evitar las suyas, de intentar adivinar cual será
su próximo movimiento, y sobre todo de no cometer errores. Todo esto
se puede hacer perfecto en la primera partida, con lo que es un buen
juego para iniciar a novatos.
Por
mi experiencia, hay gente que no se le da bien porque no es capaz de
ver con claridad el conjunto, de ver las zonas y como encerrarlas o
salirse de ellas, pero simplemente porque no tienen visión espacial,
y no es que sea en 3D, pero pasa.
Expansiones: Error
404. Not found.
Idioma: Totalmente
independiente del idioma, ya que salvo el reglamento, y con leerte
esta reseña no te hace falta ni eso, lo demás no tiene texto.
Si,
yo me pasé 2 meses con los Inuit para controlar un poco, pero me ha
sobrado todo.
Y con esto rematamos la
reseña.
Es uno de mis juegos
cortos favoritos, muy recomendable, pero sólo lo recomiendo en
versión electrónica, porque sino tendrás una caja más en la
estantería sin darle apenas uso.
Quiero terminar esta
semana con dedicatoria, tanto de esta entrada como de todo lo que
hago, he hecho y haré en esta vida. Para Pilar Sáiz Ortiz.
Nos leemos.