Si, ya hemos vuelto de las cálidas tierras sureñas, y como suele ser habitual, todo un placer compartir con aquellas gentes de bien.
La verdad es que ha sido, una vez más, una estupenda experiencia, este año más lúdica si cabe, pues el turismo se ha ceñido a dar una vuelta el Domingo por la mañana antes de empezar el viaje de vuelta. Y claro, el resto del tiempo, pues jugando, aunque menos de lo que cabría esperar por la cantidad de horas que son. ¿Y por qué? Pues porque vas acumulando conocidos y amigos, con lo que aumentan las charlas, las visitas y reuniones, y se pierde tiempo de juego. Pero oye, que sarna con gusto no pica.
Para no desvirtuar el espíritu del blog vamos a sacar alguna cosilla que no me ha gustado, o que me ha gustado menos. Y es que toda experiencia, positiva o negativa, te aporta algo, y espero que sirva, desde este punto de vista negativo, para que futuros visitantes no cometan mis errores, o al menos se atengan a ellos.
Para empezar, y lo peor de todo, fue el tema del alojamiento. Este año decidimos que, apretados por la crisis, nos iríamos al albergue de Cerro Muriano, y fue nuestro peor error. Que si, que está tirado de precio, y que poco más se puede pedir por 5 euros la noche, pero es que el problema no era del albergue, sino de la organización de entradas y salidas. Parece ser que el año pasado tuvieron alguna movida, así que este año, ZAS, en toda la boca. Las entrdas y salidas del albergue eran, sí o sí, con el responsable de éste. Eso suponía que hasta la 1:30 de la madrugada no salías de Cordoba, y media hora después llegabas al albergue. Que vale, que así aprovechas más las horas de juego, pero no tienes la posibilidad de irte a descansar antes si te has metido 4 horas de coche. Y encima, la salida igual. Como el festival abría a las 11, supusimos que saldríamos a las 10:30, lo cual llegando a las 2:00, estando 8 en cada habitación y teniendo una sola ducha por habitación, hace que te tengas que organizar en las duchas a cambio de no dormir. A esto le añadimos que por alguna razón que aún no entiendo, el sábado tuviéramos que abandonar el albergue a las 9:30, con lo que el día se nos ponía muy cuesta arriba. Si no fuera por la gente que nos encontrábamos para jugar, no había quien nos despertara.
Lo demás, pues muy bien. Sólo destacar que el espacio se les está quedando muy pequeño, y que las horas punta de la tarde es imposible encontrar una mesa, con lo que si pillas una después de comer, defiéndela a capa y espada. Además había mesas para las demostraciones de algunas editoriales, con lo que menos espacio de juego. Y ya no os digo como se ponía la cola de la ludoteca para pillar juego. Es recomendable llevarse algo de casa para esas horas, o si te vas a comprar algo, estrenarlo en ese momento.
Lo demás muy bien, con una organización centrada en hacerte disfrutar, una ludoteca surtida, eventos y actividades para entretenerte, torneos majos, y todo lo que te esperas cuando piensas en ir.
Y como no, lo mejor la gente. Este año mucho más prolífico en conocer gente nueva y ver a los conocidos. Ya desde el primer día, y con Farko haciendo de guía, le puse cara a Chemo, de Jugando con mi suegra, a Enhac de la Ludotecla, y a Seldonita y pareja de El hombre que ríe project. Al día siguiente conocí a Ilógico de En ocasiones veo meeples, y con él terminaron las nuevas caras que poner a los blogs.
Y claro, no me quiero olvidar de toda la gente conocida con la que pase momentos buenísimos: Picos, Anyel y el comando Mueve Ficha (sin Gudix, que se hace de rogar); Lethan, Neiban, Montse y Juan y el resto del comando Lex Ludi Malacitana; Farko y Fayzah, y la otra pareja del finde, JuanMa y Paz, con los que pasé montones de horas jugando y hablando. Un placer.
Una pena que al final se me escaparan Oceluna y Cartesius. La próxima vez tendremos que llevar un clavel para identificarnos.
Lo dicho, que ha sido un placer compartir estos días, y que, aunque la cosa no pinte bien por ahora, espero que coincidamos en muchas más.
Nos leemos.
PD.- Si, se que os debo el ranking del tercer trimestre, así que a ver si me deslío un poco y me pongo.
16 de octubre de 2012
2 de octubre de 2012
DICE TOWN
Buenas todos.
Seguimos con la línea de
juegos de corta duración que llevamos últimamente, pero es lo que
hace no jugar mucho, que tengo que tirar de fondo de armario.
En esta ocasión vamos a
por un filler supermegahipermaxisobreproducido, porque no me digas
que un juego de dados para hacer jugadas de póker necesita una caja
como a del Caylus, un tablero y demás zarandajas. Pero oye, que
igual que yo piqué, pues otros tantos.
La edición que tengo es
la Matagot multi idioma incluyendo la lengua de Ramoncín, que
distribuye en España Asmodee.
Resumen: Pues
somos un grupo de vaqueros en un pueblucho del lejano Oeste, que por
no tener no tiene ni su zarza rodante, que deciden jugar a los dados
para obtener toda clase de bienes. El juego en si es una chorrada
como un órgano de catedral, que para los que estudiaron ciencias, es
más grande que un piano.
Se
trata de tirar dados de póker, y en cada ronda quedarte uno gratis,
o pagar para quedarte más o no quedarte ninguno, con lo que en un
máximo de cinco rondas cada uno tendrá su jugada. Según el que más
tenga de cada cara del dado se llevará oro, dinero, cartas de la
tienda de los chinos americana (Store se llama), el favor de la
habitantes del lupanar, o convertirte en el Sheriff (lo cual te
otorga glamour, prestigio y dos puntos de carisma). Por último, al
que mejor jugada tenga se le conceden tierras en explotación, y al
que no haya rascado bola un premio de consolación, que en ocasiones
es mejor que los premios de los demás.
Precio/Componentes:
Por unos 30
euros tienes este jueguecillo. Lo que viene siendo un regalo, sobre
todo para el editor y el autor si va a comisión. Porque si amigos,
si otros juegos son famosos por ser el primero de mayorías, o por
ser el primero con track de puntos alrededor del tablero, este debe
se famoso por ser el primer filler de más de 30 euros, y récord
guiness de sobreproducción.
Y
claro, con esos antecedentes, pues al juego no le podía faltar como
un 60% de aire dentro d ella caja. Y es que claro, es un juego del
oeste americano, donde había mucho sitio, y la gente no tenía
problemas de espacio para apilar cosas.
Componentes: Bueno,
bueno, bueno. Un lujo asiático.
Tenemos
dados de plástico bastante normalitos pero con pinta de bazar chino
que atufan. Unos cubiletes con poco fondo y menos boca, con lo que es
fácil que se te monten los dados. Eso si, que se justifican para
poder mantener tu jugada oculta de los demás, lo cual no tiene
sentido ninguno, porque encima hacen que la elección del dado que te
quedas sea difícil de hacer sin girar otros dados, o lo que es lo
mismo, un campo de cultivo para las trampas voluntarias o no.
El
tablero, excesivo en todo punto, encima es enorme para lo que se
necesita, y de un grosor más que escaso. Los billetes son ridículos
de pequeños y de espesor. Y salvo las cartas porque al menos las
enfundé con fundas baratas.
Vamos,
que el juego lo abres y lo metes de lleno en el top de los
despropósitos.
Número de jugadores:
En la caja te dicen que podéis
jugar de dos a cinco, pero es una patraña. Este juego sólo está
divertido a cinco, y sólo es jugable a cuatro. Para dos y tres
jugadores no me molestaría ni en mirar la caja. ¿Por qué? Pues muy
sencillo. Se trata de que haya pelea por pillar cacho a cada una de
las caras del dado, con lo que jugando dos o tres es muy normal que
cada uno pille lo que quiere, nadie tenga que coger el premio de
consolación, y encima, cuando enganchas el favor de las chicas de
moral difusa, pues no hay mucho donde elegir, ya que estas señoritas
te permiten quitar cartas a los demás.
Con
cinco es un filler que puede ser divertido, pero sólo si la gente
está dispuesta a ello, al pique, a meterse en el papel, a hacer el
ganso. Vamos, que el juego son los que juegan.
Si,
es un filler caro y sobreproducido, y encima llamarlo juego es casi
una exageración.
Reglamento: Mira,
aquí nada que decir. Estaría bueno que la hubieran cagado en esto
también.
Es
como el niño cromagnon del chiste, que su padre le riñe por
suspender historia teniendo un temario de un solo párrafo. Pues eso,
que era difícil liarla aquí también.
Interacción: Digamos
que tiene, pues hay pelea por pillar el bono de cada una de las zonas
del tablero, pero como a la postre sólo depende de lo que te salga
en los dados, tampoco es que puedas realizar un enfoque de objetivo.
Más bien te adaptas a lo que te sale, y si coincides con otro, pues
hay pelea, pero no, para mi esto no es interacción, a no ser que
añadas un poco de teatrillo con amenazas y demás.
Mecánica: ¿Qué
es eso? Ah, se debe referir a lo de que tiro los dados, me quedo uno,
y así hasta que tengo los cinco. En eso momento cada uno mira quien
la tiene más larga en cada cosa, pilla cacho, y vuelta al inicio.
Hombre,
visto así la mecánica es perfecta, no tiene fallos de estrategia,
no tiene.... que no cojones, que eso no es un juego.
Es
un festival de azar, caos y dados sin manera humana o divina (lo he
intentado invocando a Thor, para ver si su martillo sacaba cosas de
provecho del juego) de poder mitigarlo. No hay por donde cogerlo.
Si
dicen los dados que no te sale tal cara, pues ya está. Puedes hacer
repóker de ases, y pillar tres tierras, y que en las siguientes
jugadas no las puedes consolidar y alguien que saque reinas te las
levante de la mano. Puede que pilles pasta y no haya más que tres
monedas o menos. Puede que roes cartas en el Store y sólo te salga
morralla. Ah, bueno, se me olvidaba, el Store. Un macete de cartas
donde el término equilibrio de poder de las cartas debe ser que no
se conoce en Francia. Hay cartas que son un truño, y otras que son
la releche.
Para
que luego digan que publicar es difícil. Que va. Si te llamas como
debes llamarte, ya puedes publicar la adaptación de la brisca con
tema élfico, que te lo publican.
Duración: Alrededor
de 30 minutos, aunque depende de los jugadores. No de su AP, que si
alguien tiene con este juego es para pegarle una paliza con un
calcetín lleno de patatas cocidas, sino del número de jugadores. Si
es que, en no habiendo nada que pensar y desarrollar, pues la cosa
fluye rápido.
Preparación y
transcurso: Avenga, digamos que
esta es la otra virtud del juego, pero sólo media virtud, lo que
sería vir.
El
juego se prepara en un momento, pues sólo hay que desplegar el
tableraco, barajar un par de mazos pequeñitos, y poco más.
Y
pierde la tud porque un juego así debería poder jugarse en una mesa
de bar, porque este es su ambiente ideal de juego, pero con el
tablerito que le han cascado, unido a la caja, no hay posibilidad.
Curva de aprendizaje:
Ains!, no he sido capaz de
terminas de leer aprendizajejejejejeje. Perdón otra vez.
Aprender
qué. Es como unir la palabra cultura con estadounidense.
Que
vamos, que un mono con todos sus dedos es capaz de jugar, a lo mejor
no de manera ordenada, pero con posibilidades reales de ganar. Bueno,
a lo mejor un mono aullador no, que tiene los dedos pequeñicos, pero
los demás casi todos.
Expansiones: Y
con un alarde de “si tengo lo que hay que tener para publicar esto,
soy coherente y saco expansiones”. O eso, o fue el típico “a que
no hay wikis a sacar una expansión”.
Vamos,
que si que tiene, pero que me niego a decir ni como se llama.
Idioma: Estamos
como con el reglamento, si lo hacen dependiente del idioma es para
buscarles y meterles una colleja antológica. Es que es imposible que
fuera dependiente del idioma, y si te has leído la reseña ya sabes
jugar, con lo que puedes jugar con cualquier idioma.
Date
cuenta que no te digo que da igual en que idioma lo compres, porque
no se me ocurriría decirte, ni sin querer, que debes comprarte este
juego.
Pues chicos y chicas,
hasta aquí por hoy.
Creo que ha quedado claro
que me gusta a rabiar. No, en serio, lo mantengo porque en las
últimas horas de una reunión de amigos alicorados, o para jugarlo
con niños no muy mayores, pues vale, pero que en cuanto terminen de
crecer mis sobrinos no sé yo.
Nos leemos.
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