12 de septiembre de 2012

ORA ET LABORA


Buenas tardes hermanos.
Aquí, recluido como estoy, y aprovechando la paz que me rodea, vamos a intentar destripar uno de los lanzamientos de este año, hablando de eurogames. Recluido como sólo la escasez económica sabe hacer, y rodeado de paz como sólo vivir en las afueras de una ciudad en ferias puede lograrse. Cojona, que esta mañana creía que el apocalipsis zombie había llegado!!
Bueno, a lo que vamos. La edición que tengo es la de Z-Man games en inglés, ya que después de esperar a la edición española (porque había leído que los tableros de la primera edición eran muy finos y había posibilidades de que los mejoraran en la segunda), no aguanté más retrasos y similares.

Resumen: Pues otra vez a la Edad Media, que es esa edad que ni pa´ti y pa´mi. Y otra vez a conseguir madera, adobe, ovejas, cereales, turba... Y otra vez a transformar unos bienes en otros a través de edificios.
Si, dicho así parece una mezcla de Agrícola y Le Havre, y en cierto modo se parece a ambos, pero lo bastante diferente como para que no transmita lo mismo cuando se juega.
En esta ocasión somos monjes que estamos montando un monasterio molón, a base de deforestas, cual Aníbal, todo a nuestro paso. Y cuando digo molón es que es molón, porque tiene playa y bebidas espirituosas. ¡A tomar viento el voto de probreza!
En este juego, en cada ronda tenemos la opción de colocar a nuestros curritos, creyentes ellos, en nuestros edificios para hacer acciones, o bien contratar a los monjes de los demás para ocupar sus edificios, o podemos construir edificios de los disponibles para todos.
Lo que le falta, en apariencia, al juego es una fase de alimentación. En este caso no hay "obligación" penalizada por alimentar, pero hay fases de asentamiento (construir edificios de puntos sin otra habilidad), y si te saltas una, es muy difícil que tengas opciones de ganar, con lo que en la práctica es obligatorio.
Precio/Componentes: Pues el precio está por 50 euros o más, no es de los baratos. Pero es que además, si lo comparas con lo que trae el Agrícola, que es de su mismo tipo y editorial, el precio es una sobrada de las grandes. Las cartas son pequeñas (vale, es que así caben en la mesa), los recursos de madera son escasos (vale, es para usar el genial sistema de la ruleta), los cartones de los marcadores de recurso son tirando a finos (vale, que a lo mejor es para cogerlos mejor), y los tableros de jugadores son cartulinas, sin exagerar, y que directamente vienen combados (venga, de aquí no paso, es para que las editoriales ganen más a costa de engañarnos en nuestras narices).
Además, una vez destroquelado y organizado la caja incluye suficiente aire para poder meter los recursos en cajas de tornillos y similares y que todo te quepa. Todos conmigo: Que buenas son las editoriales que piensan en todo por nuestro bien.
Componentes: Pues en este apartado se podría escribir mucho, mucho, mucho. Así que resumiremos.
Las cartas son de grosor justito, y de tamaño minieuro, tan pequeñas que los condicionantes de lugar de construcción casi ni se ven, tan pequeñas que para ver los costes y los puntos hay que cogerlas de la mesa, y encima la elección de color para diferenciar los edificios eclesiásticos es de poco pensarla.
Los tableros de jugador son ridículamente delgados, y tanto es así, que vienen combados en la caja. Les falta como cuatro veces el grosor actual para considerarlos tableros estándar. Esos sí, ya que tienen este grosor podían haber echo las cartas grandes para poder poner tableros grandes, pero ni una cosa ni otra.
Las ruedas de recursos, como idea de juego, me encanta, pero los pasadores de unión, que se colocan y retiran con cierta frecuencia para configurar estas ruedas según el número de jugadores y la duración, no están nada pensados, y me temo que dentro de pocas partidas acabarán rotos.
Los marcadores de recursos son tirando a finos, y los dibujos vienen descentrados en el espacio del token.
Vamos, que a nivel de componentes, el juego es un despropósito.
Número de jugadores: Pues de uno a cinco cuatro. Debe ser que si lo hace para cinco se parecería más a Agrícola y Le Havre. Ah, no. Es que si incluyen componentes para cinco se les disparaba el precio de fabricación. Normal, como es deluxe.
El modo solitario no lo he probado, pero es parecido al Le Havre, a llegar a un número de puntos, pero sin la variabilidad de que los edificios no salgan siempre en el mismo orden.
En cuanto al resto de posibilidades, el juego está bien a cualquier número, pero es totalmente distinto a dos, que a tres o cuatro, ya que la condición de final de partida y el número de rondas jugadas es distinto, por ser sistemas de juego diferentes, y que por lo tanto no los debes jugar igual.
Por otro lado, el juego requiere un control bastante importante de los edificios que construyen los demás, ya que los puedes usar, lo que resulta más sencillo y abarcable jugando a dos. Jugando a cuatro son muchas las rondas que te encuentras repasando los edificios de los demás porque no lo controlas tanto.
Reglamento: Excesivo. Esa creo que es la definición. Abres la caja, y ves la hoja de preparación, un reglamento corto, otro largo, otro libreto con los edificios explicados, y te entra a flojera.
Y luego resulta, que el juego, es muy sencillo de reglas. Me recuerda a los tiempos de acercar la informática a neófitos, cuando leías algunos manuales y pensabas: esto que explican, si el que lo lee no lo interpreta así sin tener que leer ésto, es que no es su juego.
Quiero decir, que se agradece el esfuerzo por no dejar puntos muertos, por poner muchos ejemplos, por las explicaciones detalladas de los edificios, pero que al principio abruma un poco. Eso si, si te lo empollas todo, no creo que te queden dudas. Es de agradecer.
El juego incluye unas hojas de ayuda de jugador, con una cara útil (la de acciones y demás), y un jeroglífico de edificios por el otro lado.
Interacción: No llega a ser de roce directo, ni de ataques a la persona, pero es alta, dentro de las interacciones indirectas. Alta porque incluye de todas las posibilidades posibles de posibilidad de que te pisen la jugada. Te pueden coger el recurso que está más alto en la rueda de producción, o el que necesitas, te pueden construir el edificio al que le habías echado el ojo, te pueden ocupar uno de tus edificios que necesitabas con uno de tus peones por sólo una moneda (o incluso por menos si a tu curri le invitan a copas), y te pueden subir el precio de las ampliaciones de terreno. Es necesario adaptarte, y tener siempre un plan B, un C y un D.
Mecánica: Pues una mecánica clásica de Uwe: coloco trabajadores y gestiono recursos.
Con ello, pues tiene una mecánica que ya tiene más que explotada, y que en cada nuevo juego la afina un poco más, con lo que cada vez tiene menos cosas que chirrien.
El juego no tiene nada de azar, lo que para mi es bueno, pero claro, el hecho de que los edificios disponibles en cada ronda sean os mismos, va claramente en contra de la rejugabilidad, ya que permite a los jugadores repetir, o al menos intentarlo, el mismo combo, el mismo trayecto de jugadas de una partida a otra. Vale que te pueden quitar un edificio, pero al poder usarlo tú también, sólo hacen que el combo te sea más caro.
Para compensar esto, han incluido un modo de juego normal, y una versión corta, además de que los edificios tienen una cara de Francia y otra de Irlanda, con lo que compensas la rejugabilidad.
El juego abruma en opciones en las primeras partidas, pero analizado fríamente, es un juego de construir con cabeza. básicamente se trata de hacerte con los edificios que den más puntos, construir los asentamientos que más sumen, y colocar ambos de manera óptima para sacar la mayor parte de puntos. El resto, comprar expansiones de terreno lo antes posible, y pillar algunos puntos durante la partida. Pero no te preocupes por si alguien construye un edificio que necesites, porque lo vas a poder usar. tú fíjate en los puntos que da al final. Por ello, creo que se parece en poco o nada a sus antecesores, pero también creo que es posible que sea uno de los juegos que antes se quemen de la serie. De momento llevo pocas partidas. Ya veremos.
A lo mejor es fruto de no haberlo jugado más, pero me da la impresión que la parte de Francia es más fácil de jugar, tanto para conseguir comida como para conseguir puntos durante la partida. En cualquier caso, ambas caras de las cartas, dan muchas posibilidades de puntuar, y hay que pensar mucho las jugadas para optimizarlas, lo cual puede ser excesivo en las primeras partidas. Es todo un fríe cerebros, y que da poco margen a los errores.
Por último, y como ya he comentado, no os engañéis por la ausencia de una fase de alimentación, ya que las fases de asentamiento son fundamentales para conseguir la victoria. No podéis saltar ninguna fase de asentamiento sin construir uno, casi el que sea, por lo que la gestión de los espacios, tanto en la colocación de edificios, como en dejarte huecos para los asentamientos, es clave. Este aspecto de resolución y optimización de espacios, tipo puzzle, puede ser muy agobiante, pero debido a la repetición de los edificios y asentamientos de un partida en otra, hace que se pueda volver bastante mecánica.
Duración: Pues tienes versión corta y larga, aunque la versión corta de corta tiene poco. Cuenta con entre 90 y 150 minutos de partida, según la versión jugada y el número de jugadores. Pero sobre todo, según el tipo de jugadores, ya que este juego es AP en estado puro. Se suma la dificultad que tiene el juego por la optimización, con el carácter táctico, muy por encima del estratégico, que te obliga a que en muchas ocasiones, lo que hayas pensado antes de tu turno no te sirva de nada. Y esto, con ciertos jugadores, hace turnos interminables.
Las rondas no son muy largas, ya que en tu turno sólo tiene una acción disponible, pero aún así, hay gente que lo puede hacer excesivo.
Preparación y transcurso: Es un juego engorroso de preparar, engorroso de jugar, engorroso de puntuar y de recoger. Es engorros, y requiere una buena mesa para jugar.
Al principio hay que repartir recursos iniciales y tableros, desplegar edificios disponibles y montar las ruedas.
Durante la partida hay que preparar edificios nuevos en cada fase de asentamiento, y aunque el sistema de rueda parece que te quita trabajo en el trasiego de materiales para reponer las casillas, en la práctica el coñazo es el mismo, porque hay un bailes constante de cartoncitos entre los jugadores y la banca.
Curva de aprendizaje: Creo que es un juego sencillo de aprender a jugarlo, y el más asequible de la trilogía del tipo este.
En las primeras partidas abruma un poco por la cantidad de opciones disponibles, y tener que controlar a los demás, pero las reglas son sencillas, y las opciones claras.
Al principio de agobia cuando estás buscando el combo y demás, pero ya os digo que lo importante es el valor de los edificios,  no tanto su utilidad, aunque si te montas un combo propio para conseguir comida (fundamental para construir los asentamientos), pues mejor que mejor.
Expansiones: A este le pasa igual que a sus comparados, que la expansión es clara: un nuevo mazo de cartas. Seguramente de otra nacionalidad, con algunas particularidades, y que en este caso, es más necesaria que en otros juegos, ya que la falta de azar le acabará pasando factura.
Idioma: Pues el juego tiene algo de dependencia del idioma, ya que, aparte de reglamento, hoja de ayuda y demás, algunos edificios tienen algo de texto. El inglés es sencillo, pero si los idiomas no son lo tuyo, aprovecha su edición en español, que para eso está.
En la red hay, por si te lo pillas en inglés, traducción de los reglamentos, de la hoja de preparación, e incluso un listado de los edificios, con lo que es perfectamente posible jugarlo.

Y hasta aquí por hoy.
Estamos ante un juegazo, que me encanta,  que no lo veo incompatible con los anteriores. Pero claro, os lo dice un fan boy de Rosemberg, así que mejor probadlo, que no admito reclamaciones.

Podéis ir en paz.

23 comentarios:

  1. Hola.
    Lo primero perdón por el retraso, y lo segundo perdón por como esta la entrada. En cuanto pueda la arreglo para resaltar los puntos que siempre hago.
    Problemitas con la red me la están jugando. Intentare estar en forma en breve.

    Nos leemos

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  2. Buenas de nuevo Miguel! Ya se te echaba de menos ;)

    Pude probar este juego hará un mes y la sensación al abrirlo y ponernos a jugar era como bien dices abrumadora. Muchas cartas con textos, buscando el combo y llevando la partida hacia delante mientras ojeábamos el manual nos dejó con la cabeza como un bombo esa primera partida.

    Espero jugarlo mas para poder contrastar lo que dices, ahora el mono lo tengo con el Agricola :)

    Un saludo!

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    1. Gracias por escribir.
      La verdad es que la primera partida abruma incluso estando acostumbrado a cosas duras, como dijo la señorita Lapiedra.

      De todas formas, si te entretienes con Agrícola tampoco es que descanse mucho el coco.

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  3. Muy buen análisis!
    Hasta sin poner fotos me has dado ganas de jugarlo! Y es q fue una pena q éste no lo pudiera catar en la casa rural.
    Se te echaba de menos, jugón ;)

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    1. Gracias por venir.
      Es que el sábado hubo una auténtica pelea por echar la partida de demostración que nos organizó el gran Juan. Mónica se quedó tan picada de no poder jugar que en menos de 2 días estaba pidiendo que estrenaramos nuestra copia.

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  4. Se te echaba de menos! A quien se le ocurre descansar?!
    Pues me encanta la paliza que le pegas al juego. Es un juego que quiero probar hacer tiempo, pero ya tendré oportunidad. Espero o agobiarme mucho. Yo es que de Uwe, mi favorito es el Mamma Mia.

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    1. Gracias por pasarte.
      Si no ha sido un descanso como tal. Primero me dejaron sin red, y así he estado más de una semana y con la reseña ya escrita, y luego otras cuestiones personales, que me impedían ponerme con ello.
      Pero espero que no decaiga otra vez.

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  5. ¡Ya era hora, cojones ya! ;P

    Juegazo, la verdad. Para mi gusto es mucho mejor que el Agricola o el Le Havre.

    Y cuando invitan a copazos a tu prior justo cuando ibas a construir edificio y usarlo, te cagas en los muertos de cristo mientras tus monjes corren en pelotas gritando por el monasterio porque no pueden construir el asentamiento.

    Una pena los componentes que tiene, y que de los que muy bien has dado tú cuenta en la reseña.

    Un saludo colega!

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    1. Gracias por comentar.
      A mi la compración con sus antecesores no te creas que la tengo tan clara. El juego me encanta, y hasta ahora tenía muy claro el orden de preferencia, pero no se yo hasta que punto es mejor o peor que el resto.
      Nada más jugarlo me gustó más que el Le Havre, pero con el tiempo no sé yo.

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  6. ¡Por fin nueva entrada! Ya tenia ganas. Muy buena, como todas.

    Parece un juego interesante, pero lo que dices de que siempre estén disponibles todas las cartas para mi hace que pierda mucho. En cuanto juegues con alguien que se lo tiene muy trillado, te hará su estrategia, y si se la estropeas tiene su plan B...y un aparte, bastante importante ahora, es el precio, ¿50 euracos? Venga señores! que así no se fomenta el gasto

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    1. Gracias por venir.
      Es una pasada el precio, si, y seguramente lo que más gente mire después de saber lo de los componentes.
      Pero oye, en tu caso lo tienes fácil para probarlo, así que intentaremos que lo cates pronto para que puedas criticarlo con razón.

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  7. De acuerdo contigo, yo solo le añadiría más edificios, y haría que no se usaran todos en cada partida: con eso ganarías mucha rejugabilidad y no podrías planear partidas de antemano ,ahora poder poder puedes, pero te cuesta y no es trivial, ya que aunque puedes usar los edificios del otro necesitas dinero, que haya peones libres, etc.. de todas maneras es otra manera de ver las partidas, ahora puedes plantearte mm.. en esta partida voy a intentar a ir a hacer vino, a ver que tal..

    Lo de construir los asentamientos.. es cierto que sí te pasas uno pierdes puntos, pero a lo mejor eso hace que entres con más fuerza para comprar otro edificio que da muchos puntos, y que potencia el uso de algo de tu cadena de producción.

    Por cierto, en la parte negativa yo pondría que quizás los propios edificios tengan demasiado valor, ¿no creeis que debería primarse más usar los recursos que solo construir? pienso que construir tiene demasiado peso, y es mucho más importante para ganar que lo que hagas con los bienes.

    Aún así el juego me gusta mucho, y siempre me deja ganas de jugarlo. [salvo por el grosos de los tableros principales, cereales...]

    Gracias por la reseña!

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    1. Gracias por venir.
      Lo que comentas de los edificios fue el comentario en a última partida, que seguro que sacaban una expansión de edificios, algo así como lo de Le Havre, y es que esta es la parte más importante de la partida: Ora es un juego de construcción, sin más, ni más. Es el que más se aleja de la radical importancia en la gestión de recursos. Para mi, el juego ganaría si el coste de usar edificios ajenos fuera mayor, ya que creo que es muy barato.

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  8. Pues yo antes pensaba que también era fanboy de Uwe, pero esa sensación se fue desvaneciendo cuando probé el cagarro de Merkator. Para mí este tío se ha ganado un hueco en el Olimpo lúdico con sus tres obras maestras: Le Havre, At the Gates o Loyang y Agricola (para mí, en ese orden de gusto), pero sus dos últimos juegos de caja grande me han decepcionado tela. El Merkator me resultó caótico, repetitivo e innecesario, y este que reseñas, repetitivo, farragoso, sin aportar absolutamente nada nuevo y provocando tal quebradero de cabeza que para mí deja de ser interesante. Se está volviendo repetitivo este Uwe, ¿no? Yo preferiría que tardara más entre juego y juego, para buscar nuevas mecánicas y sensaciones.

    De verdad, tio, para jugar a esto prefiero repetir un Le Havre, que para mí es una obra maestra por elegancia y sencillez (y por su profundidad abrumadora, una vez avanzada la partida). Este de ahora complica la cosa para dar mismas o inferiores sensaciones...

    Por otra parte, veo que no soy el único que se toma descansos en las entradas. Aunque creo que yo soy mucho más vago ;)

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    1. Gracias por escribir.
      Precisamente ayer estrené Merkator, y para mi, no es ni por asomo tan buen juego como los que comentas, pero lo valoro más por el hecho de ser diferente a los demás de una manera tan radical.
      Me gustó mucho, pero me pareció más frío que los otros, más abstracto, y menos escalable en general. Pero desde mi única partida, que esto puede cambiar.

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  9. Llevo toda la semana intentando buscar un juego que nos guste tanto a mi novio como a mí, y cada reseña que leo me confunde más... porque todos me convencen y todos tienen alguna pega. Con lo cual, me estoy volviendo loca... ¿Algún consejo, por favor?

    Queremos un juego que sea, mayormente, para jugar entre dos jugadores, pero que, si es posible, también admita más, que sea bonico, que dure más de una hora, y que tenga interacción y alguna dosis de puteo. Hemos pensado en este, en La Villa, en Caylus... sin llegar a ninguna conclusión. AYUDAAAAAAA!!!

    Gracias :)

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  10. Gracias por escribir Almu, y persón por no contestarte antes.

    Con lo que pides hay montones de juegos, y como todo el mundo recomienda, lo mejor es probar antes.
    Depende también de si preferís alguna temática, o mecánica, o cualquier otro detalle.
    Por lo que parece buscas un euro. De los que comentas me quedaría de calle con Caylus, nueva edición por lo de bonico. La Villa mola más a dos, y Ora el Labora también.
    Otro que me encanta y te recomiendo es At the Gates of Loyang. Una pasada. Y el de los castillos de Borgoña de Feld, que me encanta. Y.........

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  11. Muy buena reseña compañero.

    Hay cosas con las que comparto opinión, como lo de los tableros que vengan combados es un desproposito, al igual que el precio si lo comparamos con el Agricola y toda la madera que trae, pero tampoco lo veo un precio tan loco en comparación con otros.

    Por otro lado, yo no encuentro que sea tan farragoso la preparación como comentas, con una buena caja puedes tener todos los componentes separados y listos para repartir en nada de tiempo, con lo que el montaje lo puedes tener listo en menos de 5 minutos.

    A mi el juego me ha encantado, soy un fanático de Rosenberg y tengo el Agrícola, el Le Havre y éste y desde el mismo momento que leía las reglas me pareció que tenía entre las manos un pedazo juego, lo que me faltaba probarlo para saber si sería mejor que el Le Havre (y aun estoy dudando después de varias partidas).

    Comparto contigo el tema de las ampliaciones, seguramente saquen nuevos edificios para una futura ampliación y saquen la versión Española o Italiana (a hacer pizzas quizás?? xD) pero estaría perfecto que pusieran más edificios a las versiones existentes y que aleatoriamente se pusieran unos y dejaran otros fuera para así ser un juego más rejugable y que no pase lo que comentas de intentar repetir combos una y otra vez, aunque eso también varía dependiendo del jugador y que lo intente una y otra vez o intente jugar a otra estrategia ;)

    Sobre los asentamientos comparto contigo que son importante, pero incluso pasando de hacer uno o 2 asentamientos se puede ganar, pero claro, para ello deberás ir a conseguir varias maravillas para sacar un buen puñado de puntos.

    A ver si puedo probarlo unas veces más, por el lado de Francia y ver que tal es esa variante.

    Un saludo :)

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    1. Gracias por comentar.
      Me alegro conocer a otro fan de Rosenberg.
      Veo que coincidimos en bastantes cosas, y leyendo lo que has jugado de O Rey del plantar y cosechar, tengo que recomendarte que en cuanto puedas juegues un Loyang (a dos jugadores) porque te va a encantar.
      Sin embargo, Merkator, a pesar de su punto a favor por lo diferente que es, creo que es el que menos me gusta de los grandes, y me gusta, que conste.

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  12. Hola, enhorabuena por tu blog.

    Estoy planteándome si comprar primero este juego o Le Havre (pues me imagino que tarde o temprano acabarán en mi poder ambos) pero no sé por cuál me convendría empezar. Llevo años jugando al Agricola y al Alta Tensión, y mi última adquisición fue la Villa (juego que recomiendo encarecidamente a los amantes de los juegos de gestión de recursos).

    Me gustaría saber con cuál de estos dos juegos te quedarías antes. En un principio tenía pensado comprar el Ora et Labora, pues se trata del juego más reciente y por ello, pensaba que mejor. Pero después de leer tu opinión me entran dudas (sobre todo con lo de que venga con un material tan pobre, incluso con los tableros en mal estado de lo finos que son, pues como buen coleccionista de juegos de mesa me gusta conservarlos y quizás para ello fuese mejor el Le Havre).

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    1. Buenas, y gracias por pasar. Enhorabuena por "El lazarillo de Tormes"

      Al lío. En cuanto a materiales los del Le Havre son mejores, pero también es un juego carísimo para lo poco que trae en la caja.
      Entre los dos, y ya con la cabeza más fría, no sé si sabría decidirme. Le Havre me parece que tiene más variabilidad, más rejugabilidad, pues con las cartas elegidas al azar las partidas cambian de una a otra, mientras que en el Ora los edificios son siempre los mismos (en Francia o Irlanda) y salen siempre en el mismo momento.
      La cosa es que me da la impresión que en Le Havre, con esa variabilidad, tienes menos opciones de quemarlo, porqu en el Ora acabas jugando siempre igual, ya que si un edificio no lo tienes uno pues lo tiene otro jugador, y lo usas casi igual. Aunque el Le Havre peca un poco de lo mismo, pues acabas jugando un poco igual cada partida, con las pequeñas variaciones de que algún edificio no salga o no se construya.
      No sé, la verdad. Me arriesgo y te digo que Le Havre, aunque lo que te recomendaría es que los probaras (como siempre).

      Me plantearía At the gates of Loyang, que para mi es incluso mejor que los dos, aunque quizás solo sea por el momento.

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  13. Muchisimas gracias!! Lo más seguro es que acabe probando ambos, pero empezaré con Le Havre;)

    Seguiré de cerca tu blog, me ha parecido muy molón ;)

    Perdona el anónimo, pero no sé como escribir por aquí sin abrirme ningún tipo de cuenta en livejournal o sitios parecidos xD

    Fdo: Fer

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  14. Muchas gracias, me gusta tu blog, sobre todo el nombre por lo que conlleva. Hay que decir las cosas bien claras.

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